jueves, 14 de mayo de 2009

Celebrating Left-handedness - Oda a la mano izquierda


For reasons best known to myself, I have recently become left-handed. (If you must know, the main reason is a painfully sprained right wrist, which was NOT caused by practicing solo techniques on my... guitar... or on any other instrument. I fell down, really.) It's been a very interesting experience so far, and it probably (hopefully) won't last more than a couple of weeks, so I decided to embrace the idea and celebrate my left-handedness by sharing it with the world (i.e. the two or three readers of this blog): the drawing and the writing on this entry were done by my left hand, and so will the following ones, until my right hand is back in shape.

I think I've come to love my left hand more now that she's ‘in charge’*. I'm fascinated by her naïvety, by how she doesn't seem to know anything about subjects as basic as grabbing a fork, writing or drawing a more or less straight line (or even a "less" straight line), and yet her attempts at imitating her sister are so lively and excited. She's almost childlike.

Watching her move is like watching a child learn how to dribble a ball: she knows what she's supposed to do, but she has no idea how to actually do it. When she draws or writes she knows what it's supposed to look like, maybe her sister even told her what it feels like, but she doesn't have a clue which finger needs to be moved when. The result is surprising, both as art and as experience. I loved the feelings that her focused effort implied, and thinking about that made me rediscover the beauty of learning. In the process of learning, I also realized the strange, amazing beauty of not knowing.

This gives a whole new meaning to the words of an ancient wise master: “...do not let your left hand know what your right hand is doing.” **

(* Those typographically correct single quotes were damn hard to type using just my left hand. It almost got sprained just from the unnatural Paganini-like stretching. Why oh why isn't there an alt key on the right side of the keyboard? I guess next time I'll use my feet. Or my nose.)
(** Yes, I did use my nose to type these quotes, for the sake of my one good hand.)


Hace unos días me volví zurdo. Es una zurdera falsa y temporal (causada, si han de saberlo, por algo que creo que es un esguince en mi muñeca derecha), y eso la hace una experiencia muy interesante. Ahora que mi mano izquierda está «a cargo», creo que la quiero más que antes, y he decidido que se merece una oda (escrita y dibujada por ella misma porque, ni modo, no hay nadie más que lo haga). Todo lo publicado en este post y en los siguientes está hecho a mano... izquierda, hasta que la derecha esté lista para regresar al juego.

Como decía, ha llegado a gustarme mucho mi mano izquierda. Me fascina su ingenuidad, su ignorancia como de niño. Parece que no sabe nada de cosas tan básicas como agarrar un tenedor (con los picos pa'rriba) o escribir una «a» al derecho (¡ya no digamos una «d»!), pero sus intentos por imitar a su hermana están llenos de una emoción y una avidez que uno (casi) sólo encuentra en los niños. Cuando dibuja o escribe, sabe cómo deben verse las cosas y tal vez incluso (por los chismes de su hermana) cómo debe sentirse, pero no tiene idea de cuáles dedos deben moverse o hacia dónde. El resultado es un dibujo interesante y una experiencia reveladora. A través de los movimientos torpes pero casi enternecedores de mi mano izquierda redescubrí la belleza del aprendizaje y, extrañamente, la belleza de la ignorancia.

Esto les da un nuevo significado a las palabras de un maestro del siglo primero: «No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha».

(A los tipógrafos: los reto a escribir comillas tipográficamente correctas usando sólo la mano izquierda. Inglesas o francesas, igual van a sentirse Paganini. Pero sin mouse, eso es trampa.)

4 comentarios:

Bahena dijo...

yeah mano!!!! hmmmm hablando a título personal, siendo un ejemplar de los zurdos que dominaremos al mundo algún día, que mis clases de trazo de letras con lápiz de carpintero las sufrí de una manera impresionante... mi muñeca terminaba adolorida y entumecida...

en fin... el ejercicio que haces me parece loable y tu narrativa apoteótica... soy re fan!

JP dijo...

En una de esas mi ejercicio me hace digno de ser aceptado en su imperio como zurdo honorario... Me imagino ese sufrimiento de tu muñeca y la venganza que nos espera a los diestros, jaja (...¿o LES espera a los diestros? ...lo único que le faltaba a mi crisis de identidad, jajaja).
Gracias por tu comentario, siempre es muy apreciada tu opinión.

Halbudur Rumenn. dijo...

Hace mucho había leído esto... hace apenas un día lo volví a releer.
te conozco desde hace mucho tiempo y el ver esto es como ver un juanpablo nuevo que no conocía.

me gusta mucho tu prosa poética.
eres bueno para muchas cosas. en general me gustán mucho tus escritos. abrazo amigo :)

Halbudur Rumenn. dijo...

Nitzche, declaró en una de sus muchas labores, la figura del eterno retorno.
De manera escueta diré que aquello del eterno retorno expone que en algún momento del tiempo eterno, volveras vivir la misma vida y volveras a leer los mismos textos, las mismas cosas serán hijas de las mismas cosas.

Si bien Ya ha sido rebatida esa idea, no está de todo mal.

Leí cuando publicaste, comenté en 2014 después de una relectura y hoy vuelvo a releer y a recomentar.

El discurso anterior es de meras razones estéticas y literarias. En esencia es una manera de disculpar por tercera vez mi intromisión en tu blog.

El verdadero comentario dice algo así:

Qué versatilidad la tuya en verdad, el dominio no es algo que te cueste, mi mano izquierda es tan lerda y torpe que funciona como elemento más bajo en la esacla de la maestría zurda.